Tras breve temporada exhibida en los Espacios Cálidos del Ateneo de Caracas, la sugestiva propuesta del grupo Contrajuego sostenida con elementos multimedia titulada “Cartas de amor de la monja portuguesa” se convirtió en uno de los mejores trabajos de la temporada. Escenificación hilada con sutileza y perspicacia de quien sabe exponer una idea al espectador que quedaba prendado en una hora de contemplación de un esfuerzo creativo que tuvo la osadía de jugar a lo experimental pero también ofreciendo calidad de excelencia artística.
Concepto artístico concebido por la mano del director Juan José Martín quien hiló fino para armar concepto y contenido discursivo donde lo visual sensorial integrado con lo histriónico a fin de urdir un espectáculo con varias capas de significación. El resultado, sencillo: sorprendió y puso a cavilar a quienes lo confrontamos. Experiencia escénica producto de una investigación del tema del amor romántico con base textual de supuestas epístolas amorosas de la religiosa Sor Mariana Alcoforado “monja del Convento de Nuestra Señora de la Concepción de Beja” -quien entre 1666 y 1667- mantuvo una fuerte situación emocional con el oficial Noël-Bouton, Conde de Chamilly cuando Portugal y Francia sostenían una amarga guerra.
El desmontaje del amor, el deseo erótico, la frustración / claudicación de lo pasional de una fémina atrapada entre dos mundos: la urgencia del deseo y la severidad del claustro se armó gracias a la orgánica labor compositiva de la actriz Andreína Blanco quien pasó de un estado a otro sacudida por las fuerzas del amor erótico no correspondido. La dirección empleó con habilidad un espacio no convencional creando juego dialéctico con el receptor al desmontarle el proceso de erotización (lecturas de las cartas) con un dinámico contradiscurso cientificista que se leía sobre una pared de fragmentos reflexivos de Ortega y Gasset. Representación y decodificación sustentada sobre la divergencia entre espíritu y ciencia neuropsíquica que obligaba replantearse: ¿Por qué el amor y la pasión? ¿Es producto del alma o reacción de ciertos neurotransmisores que abren / cierran estos ciclos? ¡Sagaz montaje que expuso que con inteligencia escénica se cautiva y propone algo a nuestro público.
Carlos E. Herrera