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El gran Antón Chejov


Debo aclarar, antes de comenzar este breve trabajo, que tan solo soy un aficionado al drama. Y entre las pocas obras que leí, se encuentra El tío Vania, de Antón Chejov. Una obra estrenada un día de octubre (mes tan desvirtuado por el tiempo y por la acción del hombre) del último año del siglo XIX, en la ciudad de Moscú.

Antón Chejov, debe su nombre a un reconocimiento como el genio en el ejercicio de un género, el cuento y de grandes aportes al teatro. Y también su apellido, a una practica de plusvalía sorprendente . Su abuelo, como advierten sus estudiosos y biógrafos, adquirió el mismo gracias a una compra obligada, debido a que era campesino, y en aquel tiempo, ostentar una identificación, resultaba muy costoso. Por lo tanto su apellido viene de una paga al antiguo dueño de las tierras que cultivaba uno de sus ancestros. Sin embargo, logro llevarlo a niveles universales. Y, como cosa curiosa, el vendedor de esta extraña franquicia, murió en absoluta desolación.

El tío Vania, obra escrita durante casi cinco años, resulto de mi agrado. Y creo que se debe a que nací en un pueblo de características chejovianas: Coro. Un conjunto de calles y seres cuya vida transcurre en el mas disimulado bullicio, y donde la vida palpita y ocurren muchas cosas. El tío vania, con su titulo humilde, no parece aludir a ese raro encuentro entre dos ortodoxias: la del doctor Astrov, que comienza desde la primera escena con su desconfianza en su memoria, cuando pide ayuda a Marina, para lograr establecer un instante seguro como punto de partida para el dialogo. Y también la de Vonitsky, quien se incorpora dejando en claro la poca importancia que la da al tiempo y la salud.

El tío vania, con Astrov y Vonistky, es una expresión simultánea de dos visiones de la vida, aun cuando, de manera deficiente, ambos lanzan ensayos en busca de una ideal mayor. ¿Acaso será que se alejan del camino cuando intentan salir de la misma a través de confesiones pesimistas y reveladoras?. No .Es cuando despertamos y descubrimos la fuerza poderosa de Antón Chejov y sus personajes. Y emerge cada escena con sus personajes al desnudo. Son seres humanos de mucha autenticidad y son los desposeídos en ese mundo que proviene de lo rural. Su carencia no es otra cosa que la de ambicionar otra vida.

El tío vania, es en sus cuatro actos, una recopilación de instantes, medida única de la felicidad. Y por lo tanto, sus personajes no son una consecuencia de sus ilusiones, que poseen muy bien marcadas; sino de un peso muy marcado por el tiempo. Chejov es así un gran retratista de la vida campesina, de donde emerge una energía original como si se tratase de una filosofía rudimentaria. Abriendo paso a un teatro espectacular en sus intenciones, que sabe sacar provecho de lo popular.

A decir verdad, aunque dejo a la verdadera critica cualquier aseveración académica. Hay mucho de tragedia. Tan solo que sus personajes no pueden atribuirle la misma a ningún dios, como en el caso de la literatura griega. Astrov y Vonistky, se encuentran atrapados, dentro de una costumbre. ¿Será acaso que esta armonía aparentemente simple esta ahogando a sus ejecutantes?. Tal vez, pero es cuando el resto de lo que les rodea, se transforma en valores sólidos, y destaca el valor de la naturaleza, el sonido de un piano, la pureza de la tormenta. Y por supuesto, el plan mas ambicioso de Antón Chejov, el perseguir una estabilidad fuera del espacio y el tiempo. Me pareció sorprendente la lectura. De veraz que me gusto.

Comentaios a: manuelbolivarg@yahoo.com

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Manuel Bolívar

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