¿ Hasta dónde puede un filósofo, un intelectual, apoyar un régimen totalitario? Probablemente hasta el final. La historia del siglo XX nos ha dejado ese fardo. El asunto se complica cuando el filósofo, el reconocido pensador alemán Martin Heidegger, asegura que su participación en el nazismo fue una equivocación, y pide perdón pues no pudo detectar lo que otros sí vieron. Y más aún cuando el filósofo, temporalmente nazista, se enamora de una joven alemana su alumna de origen judío, justo durante los años en que el nazismo fermenta, la situación se enrarece y las preguntas se multiplican.
Ella es Hannah Arendt, quien luego de caído el régimen nazi va a escribir una trascendental obra sobre el totalitarismo. Tenemos entonces un inquietante conflicto, porque ella también lo ama.
Arendt ha sido perseguida y maltratada por el mismo régimen nazista que nombra a Heidegger rector de la universidad.
Un informe sobre la banalidad del amor, es el título de la obra de teatro que se está presentando en la Asociación Cultural Humboldt los fines de semana, escrita por el periodista argentino Mario Diament, y que resume en cinco actos, cinco encuentros realizados de 1925 a 1950, entre estos dos pensadores tan distanciados, pero igualmente amantes. Basada en una profunda investigación pero con libertad literaria, el espinoso asunto de este amoral amor como se dirá en la obra nos reencuentra con el buen teatro. El que nos conmueve y nos inquieta.
Es un texto que nos lleva a la Alemania de mediados del siglo XX, pero que sin hacer mayores esfuerzos convoca el ahora. Son diálogos que registran una poderosa relación. Es una intensa historia de amor que se cruza con la política, la más trágica y despiadada del pasado siglo. En la que un célebre profesor trata de convencer a su joven amante de la necesidad de que la Alemania en crisis y caótica de los años 20, debe reencontrar su grandeza histórica a toda costa. De nada valen las advertencias de la joven Arendt sobre los peligros que el nacionalsocialismo puede significar para Alemania. El profesor no quiere medias tintas, Alemania necesita de un hombre y de un partido. La historia de lo que aconteció, la conocemos. La de allá.
Interpretada con soberbia propiedad actoral por Luigi Sciamanna, quien también la dirige, y Mariana Semprún, la obra genera más preguntas que afirmaciones. Quizás por eso nos permite transitar más fácilmente del trágico ayer al inquietante presente, de la Alemania nazi a la Venezuela bolivariana, de la pasión a la banalidad del amor.
No acostumbramos a recomendar películas ni obras de teatro por aquello de la diversidad de gustos y estados de ánimo, pero siempre hay excepciones.
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Carlos Oteyza
