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TRIVILÍN
De forma simultánea, el grupo Circuito de Arte Cénica estrenó la pasada semana dos montajes en la sala de la Fundación Corp Group Cultural. El primero, “La Vie en Rose” (versión de la obra “Decadence” de Steven Berkoff) dirigido al público adulto. La segunda, orientada al segmento infantil que causó buen impacto en la recepción del gusto de quienes la apreciaron, en especial, del núcleo familiar que las cotejó. Me refiero, al espectáculo “Trivilín” escrito y dirigido por Ricardo Nortier.
Como se sintetiza en el programa de mano: “Trivilín” es la “historia de un negrito de la sabana que se ríe de la noche a la mañana pero [que] un día” tendría que asumir su estado de extrema libertad para valorar que el conocimiento que se adquiere en la escuela -y no las simpleza de una vida sin deberes- le convertiría en un niño preparado para evitar los ocios del mundo. Una fábula “inspirada en un cuento infantil africano” muy bien contada por Nortier que sorprende amablemente con esta pieza llena de brillantes referencias naturalistas y fortalecidas de una idiosincrasia afro descendiente. Un texto inteligentemente ambientado en las sabanas venezolanas e imbuidas con pinceladas de nuestras raíces.
Si bien el nombre del texto puede asemejarse al de una conocida personaje del universo waltdisneyriano, dista lejos de ser así. Es un personaje del tercer mundo e insertado dentro de una propuesta fluida y plena de soltura tanto en el manejo de situaciones que son hilvanadas por una suerte de singulares figuras cuyos amenos diálogos y jocoso sentido de carácter crean un divertimento textual dicharachero pero lleno de un positivo mensaje para los chicos.
La resolución de puesta en escena fue pertinente, locuaz, alegre y con atmósferas. Nortier se apoyó en el profesional diseño de Enrique Bravo, Jesús Barrios y Orlando Arocha para construir un tramado no verbal (música original, máscaras, espacio escénico y vestuario) que dio relevancia signica a la historia del negrito Trivilín en ese juego donde este niño tiene de hallar el valioso cofre de la sabiduría que, todos sabemos es el aprender.
Un espectáculo delicioso sostenido con las excelentes actuaciones de Mario Sudano, Carolina Torres y Desirée Monasterios quienes con desparpajo y soltura escénica, buen ritmo personal para cada caracterización y un sentido de conexión con la platea, se embolsilla la atención e interés de quienes se atrevan a disfrutar de esta placentera alternativa que la cartelera para niños y niñas tiene para estos cuarenta y cinco días de vacaciones escolares. ¡Vayan y regocíjense con una encantadora propuesta infantil donde la calidad y el teatro con todas de la ley entretiene y deja un claro mensaje que encanta!
critica@cantv.net
Carlos Herrera